5 de febrero de 2017

Cine: "Comanchería / Hell or high water"


Vista desde fuera, la América profunda parece un imposible mundo en declive. Allí perviven vestigios del pasado, peleando aún a sabiendas de que tarde o temprano desaparecerán arrollados por la modernidad.
—En pleno siglo XXI y estamos alejando 300 cabezas de ganado de aquel incendio. Con razón mis hijos no quieren saber nada de esta locura.
Entretanto, la pobreza se extiende, implacable, haciendo mella en quienes se dejan la piel trabajando la tierra. Es el escenario perfecto para historias marginales, con carreteras infinitas que piden a gritos pisar el acelerador y huir sin mirar atrás. En este infierno olvidado vive Toby Howard (Chris Pine), hastiado de que la miseria se cebe con los suyos y dispuesto a remover cielo y tierra con tal de romper el ciclo: sus hijos tendrán una vida diferente.

Para saldar la deuda antes de que el banco les arrebate el rancho familiar, Toby ha planeado una serie de atracos de perfil muy definido. Como único aliado cuenta su hermano mayor, Tanner (Ben Foster). Sin preguntas ni juicios. Sangre de tu sangre para desatascar a la familia, ¿quién mejor? Recién salido de prisión —y sin miedo de volver si la oportunidad lo merece—, Tanner no descartará la ocasión de echarle sal a la vida y, de paso, llevárselo todo por delante. Es leal hasta la médula, pero tan impredecible como un revólver en manos de cualquiera de los pintorescos personajes que pueblan la árida Tejas. Este cóctel explosivo le convierte en una extraña pareja para su contenido (y hasta ahora ejemplar) hermano pequeño.  


Si los Howard son como la noche y el día, igual de disonante es la pareja de rangers encargada de darles caza. Marcus Hamilton (Jeff Bridges) es un viejo lobo con un pie y medio en la jubilación. Capturar a quien quiera que sea que anda armando revuelo en su territorio podría ser la última oportunidad de dejar el listón bien alto, ni que sea por fastidiar a Alberto Parker (Gil Birmingham), su paciente compañero de fatigas de ascendencia Cherokee y blanco del incansable toma y daca racista de Marcus —curiosa forma de expresar que en el fondo le aprecia—.

La trama salta de unos a otros y perfila un retrato nítido de los 4 personajes. Mediante miradas al horizonte y noches en vela se palpa el miedo a la soledad (y al aburrimiento) de Hamilton. Pese a las medidas desesperadas, el terror de Toby es que todo siga igual... En lados opuestos de la ley, comparten el sacrificio por lo que creen que es correcto. En este sentido, el relato encara sin miedo el rol delincuente de los hermanos Howard e invita a reflexionar sobre las implicaciones de nuestros actos.
—Hablas como si no fuéramos a salir de ésta.
—En la vida he conocido a alguien que no pagara por lo que ha hecho. Jamás. ¿Y tú?

En cualquier caso, queda claro que el bien y el mal son una cuestión de perspectiva, de dónde está el norte de nuestra brújula moral. 


La película del escocés David Mackenzie es un western crepuscular moderno que no deja títere con cabeza. De herencia clásica, aprovecha la menor grieta para hábilmente dinamitar el sistema imperante. Cada palabra es un balazo; cada silencio pesa como el plomo. Los actores están perfectos. Es hermosa en su decadencia. No sobra ni falta nada. En mi humilde opinión, Comanchería es una película magnífica.


Reflexiones de bar
:

1)
Ved esta película pero ya.

2) Dedicado a Cosette:
"Regardless of the advertising campaigns may tell us, we can't have it all. Sacrifice is not an option, or an anachronism; it's a fact of life. We all cut off our own limbs to burn on some altar. The crucial thing is to choose an altar that's worth it and a limb you can accept losing. To go consenting to the sacrifice".
(Tana French, The Likeness)

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